
Vuelvo a la carga una semana después con una 2ª entrega, ya que me parece interesante aprovechar el tirón mediático del programa reality sobre reformas «Constructor a la Fuga» para poner en valor nuestra profesión: El Aparejador y todas sus variantes (Arquitecto Técnico, Ingeniero de la Edificación,…). Podéis ver el programa de ayer en este enlace de Atresplayer: Constructor a la fuga episodio II – #constructorGranada.
Ya comenté la semana pasada en el primer artículo sobre Constructor a la fuga, que como espectador el programa estuvo interesante, pero como profesional que lleva pisando obras 12 años, me faltó ver algunas figuras reales que aparecen como técnicos en toda obra nueva en nuestro país.
Echa un vistazo al Tweet de @MatencioM:
https://twitter.com/MatencioM/status/350353906297094144?s=09
En esta ocasión, nos encontramos con una pareja de granadinos que está pensando en ampliar la familia, por lo que se animan a dar un cambio en la distribución de su piso. Como yo no soy interiorista, no voy a entrar en analizar algo con poca objetividad, así que os dejo directamente el enlace al artículo del estudio que realiza el trabajo para el programa, para que podáis ver el antes y el después: Portobello Street – Programa 2 – Constructor a la fuga
¿Qué nos encontramos en #constructorGranada ?
Pues algo que desgraciadamente puede suceder en este tipo de obras menores: adelantamos un dinero al contratista para que acopie material, y desaparece del mapa como un sputnik. Quiero apuntar que se habla en el programa de 14.000 € de reforma total en un piso que se desmonta de arriba a abajo, tabiquería incluída. No sé en Granada, pero a mí esa cantidad me parece que no llega ni a la mitad de lo necesario para hacer las cosas en condiciones con unos estándares del siglo XXI.
Volvemos a lo de siempre: «lo barato sale caro»
No quiero generalizar con este tema, porque hay profesionales técnicos y contratistas que ofrecen precios económicos y son muy profesionales; como también existen caraduras a ambos lados de los respectivos gremios.
Nazaret. En ese muro quiero una puerta y dos ventanas. #constructorGranada pic.twitter.com/eRu6glYsmD
— Angel C. (@AngelR68) noviembre 17, 2015
Si nos ponemos en la situación de un cliente que quiere reformar su piso, estoy seguro de que lo primero que desea es que todo salga a pedir de boca y no haya problema alguno. Pero si preguntamos a nuestros amigos y familiares cercanos, ¿quién no ha sufrido algún retraso, falta de seriedad, acabados inasumibles…, en una pequeña obra menor?
También es verdad que solemos acordarnos sólo de lo malo y esto es lo que sacamos a relucir en nuestros círculos. Cuando te compras un coche y te sale rana, estás todo el día maldiciendo sobre los problemas que te genera; pero si te sale estupendo, no vas promulgando lo bien que va y las satisfacciones que te produce cuando lo conduces.
No es garantía de éxito, pero sí ayuda mucho contar con un profesional independiente cuando vamos a hacer una reforma integral en una vivienda. Más si cabe cuando la inversión total supone unas cifras superiores a lo que viene ganando anualmente cualquier trabajador medio en nuestro país. Tengamos en cuenta que por un pequeño porcentace a mayores de lo previsto inicialmente, nos vamos a olvidar de imprevistos descontrolados; mediciones infladas o, directamente, de cosas que no se han hecho; errores estéticos en la definición de zonas críticas; inversiones innecesarias en elementos, pudiendo invertir esas cantidades en otras mejoras que nos merezcan más la pena (podría escribir una biblia con los beneficios).
#constructorGranada La historia de siempre. Se contacta antes con el albañil-constructor que con un técnico, aún siendo reforma integral…
— Antonio Trujillo (@atrujillo_AT) noviembre 17, 2015
Y lo más sangrante de esto para nuestro colectivo, es que gran parte de la población no sabe qué es un Aparejador exactamente (ni mi madre sabría explicarlo hoy si se lo preguntas), la de cosas que podemos hacer en el campo de la construcción o la consultoría, y lo útiles que podemos serle, poniendo un claro ejemplo, a una comunidad de propietarios como técnicos de cabecera. No me digáis que cualquiera al que le cuentes toda esta realidad, no va a terminar casi convencido de que llevas razón; aunque después contrate a otro que finalmente le caiga mejor.
Aparejador: persona que se busca la vida. Es una definición que me quedó grabada a fuego en la Escuela de Aparejadores de Madrid (año 1999) cuando la pronunció el primer día de clase el Profesor de Materiales I.
Por lo tanto, me reitero en lo que dije el otro día. Mientras luchamos para que nuestras cuotas colegiales sirvan también para que la profesión aparezca más en los medios, para bien a poder ser; todos y cada uno de los técnicos que leemos este y otros documentos parecidos, nos tenemos que liar la manta a la cabeza para vender nuestras habilidades al público que nos rodea. Porque podemos ser muy valiosos como el oro, pero si el minero no pica en la cueva para sacarlo a relucir, ahí se va a quedar para toda la eternidad.
#constructorgranada echo de menos a Chicote metiendo sus manos en extractores de cocina y sacando kilos de alquitrán …
— Manuel Marina (@manuelmarinabcn) noviembre 17, 2015
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Hasta la próxima.
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