24/05/2013
Hace ya algunas semanas, os presenté las bases de la energía geotérmica a nivel doméstico en este artículo: ¿Qué se necesita para instalar un sistema de geotermia en casa? Y hoy, como me parece que la geotermia es una tecnología que debe ser promocionada y comprendida por cualquier persona que tenga o disfrute una vivienda, voy a intentar avanzar un poco más en el tema. Para ello quiero analizar un par de casos concretos que podría encontrarse cualquier familia en la actualidad.
Si recordáis, anteriormente vimos unas pinceladas sobre lo que es un sistema de captación geotérmico horizontal(tenemos un gran jardín sin pavimentar) y un sistema de captación vertical (no disponemos de espacio exterior). Esta parte de la instalación, es la que nos permite ganar unos grados, que se traducen en Kilovatios hora energéticos y, por tanto, en unos preciados euros que todos estamos buscando.
Pero, en función de nuestro sistema de calefacción o climatización instalado, podremos aprovechar o no las soluciones que os voy a proponer a continuación. Cada familia es un mundo, y habrá algunos casos, que no van a poder utilizar la geotermia como sistema de ahorro energético.
- Caso 1 – Vivienda o piso en bloque, perteneciente a una comunidad de vecinos.
Posiblemente, este sea el caso más complicado para instaurar una solución geotérmica. La dificultad para hacerlo individualmente es muy complicada o casi imposible, estando obligados a llegar a un acuerdo en toda la comunidad de vecinos para centralizar la instalación. Precisamente esto es cada día más difícil, debido a la variedad de familias y posibilidades económicas en momentos como el actual.
Pero en caso afirmativo, se podría diseñar una solución de la siguiente manera: Instalar un sistema de captación geotérmica por sondeos verticales y una bomba de calor geotérmica (reversible en zonas que necesiten climatización en verano), con esto tendríamos un apoyo común para nuestras instalaciones de calefacción actuales.
Esta solución no necesitaría un cambio dentro de nuestras casas, tengamos calderas individuales (del combustible que sean) o una instalación centralizada. Nos permitiría reducir la cantidad de calor que deben entregar nuestras calderas para calentar los radiadores, suelo radiante, etc… Como un sistema híbrido, para ser claros.
Para que no hubiese “riñas” entre vecinos, a cada usuario se le instalaría un contador de kwh térmicos en su vivienda, ya que la bomba de calor tiene un consumo eléctrico derivado de su funcionamiento. Las ventajas de la bomba de calor, es que su rendimiento energético es fácilmente cercano al 300%, lo que compensa el mayor precio de la energía eléctrica. Pero quiero recordar que, este consumo eléctrico podría ser proveniente de fuentes renovables como laminieólica o la fotovoltaica, con lo que su coste sería o, se acercaría, a cero*.
- Caso 2 – Vivienda unifamiliar, sin comunidad de propietarios.
Algunos de vosotros os estaréis imaginando que, en caso de no tener que rendir cuentas con otros propietarios, las posibilidades se amplían enormemente. Y es que actualmente, los sistemas y posibilidades que el mercado nos ofrece son muchos, siendo lo más complicado decidirse por el que más se ajuste a nuestras necesidades.
Tomemos como muestra una familia tipo, que ha decidido autopromoverse una vivienda vacacional en las montañas asturianas. A priori, la construcción de una casa nueva nos da muchas facilidades para dotarla con una instalación de geotermia. Pero no debemos olvidarnos de algo, y es que, para sacar partido a una inversión inicial grande, el uso de nuestra vivienda debe ser lo más intensivo posible (vivienda habitual).
Pongamos un ejemplo: si sólo vamos los fines de semana (y no todos) a nuestro retiro rural, el potencial de ahorro energético del sistema se va a esfumar de un plumazo. Esto es debido a la gran inercia térmica de la instalación, es decir, se necesitan muchas horas para poner nuestra casa a una temperatura de confort y, a nadie le gusta llegar un viernes noche a casa y que, nuestra instalación de calefacción, necesite 24 ó 48 horas para dotar a la vivienda de un ambiente cálido (justo cuando debemos marchar a la urbe). Y es que, en este supuesto, cualquier sistema tradicional de radiadores apoyados por una caldera de pellets (por ejemplo), nos va a dar más satisfacciones. No digamos, si además disponemos de una chimenea francesa y unos cuantos kilos de leña acopiados en nuestro garaje…
Con esto quiero decir que, podremos tener el más novedoso sistema de climatización del mercado, y pudiera no sernos del todo rentable en las situaciones de nuestro día a día. Por el contrario, hay ocasiones en que otras soluciones menos novedosas, nos pueden hacer la vida más fácil, si se piensan con profesionalidad y sentido común.
Un caso que muchos entendemos: si nos compramos un vehículo con motor diésel y lo tenemos parado en el garaje, aunque su consumo de combustible sea menor que uno de gasolina, nos saldrá más caro a la larga por su mayor precio y mayores gastos de mantenimiento, ya que no lo estaríamos utilizando lo suficiente para llegar a amortizarlo.
Si os sentís en la necesidad de ahondar sobre este tema, os invito a visitar “Guía de la Energía Geotérmica”, en la página web de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid (Fenercom).
Seguiré pensando otras opciones diferentes, para ponerme en el caso de cualquiera de las personas que podáis estar leyendo los artículos.
Os invito a comentar las dudas e inquietudes que os surjan, así como a mostrarme vuestras sugerencias para nuevos artículos, siempre relacionados con las energías renovables aplicadas a la edificación.
*El coste de la electricidad renovable dependerá de la regulación normativa que sea de aplicación en cada momento. En caso de estar la instalación desconectada de la red eléctrica general y acumulando la producción en baterías, sólo tendríamos en cuenta el coste de operación y mantenimiento de nuestro sistema.
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