Secretos de una buena reforma en casa (Parte III)

AUNQUE PESE, EL DINERO ES LO QUE IMPORTA

Cuando en nuestra reforma el final se acerca, también llega la hora de liquidar los dineros con nuestro contratista o contratistas. Y amigos, esto que puede parecer un mero trámite, se puede convertir en el peor de los problemas si no tenemos un presupuesto inicial a precio cerrado. Y no digamos si durante el transcurso de los trabajos, nos hemos antojado de ir cambiando todo sobre la marcha: un armario empotrado aquí, unas molduritas de escayola allí, una cenefa de acero inoxidable en la cocina… (qué peligro tienen los catálogos).

Si contamos con un técnico que pagamos nosotros como propietarios, se encargará de medir escrupulosamente la obra ejecutada, y lo más importante, en compañía de las empresas que vayan a facturarnos los trabajos. Así no habrá posibilidad de alegar que no se está de acuerdo con la medición y los 87 m2 de alicatado serán 87 y no 105 como querían hacernos creer «Manolo y Benito». Lo que no se haya hecho, no aparecerá en la factura.

Manolo y Benito reformas

En cuanto a los «extras» que hayamos ido añadiendo a nuestro deportivo piso, tendremos alguien detrás pendiente de haber conseguido un presupuesto previo acorde al mercado y nos evitaremos sorpresas indeseables a la hora de aflojar el monedero (he visto facturas de 1.200 € por mover un tabique ya ejecutado).

Todo esto de tener un técnico en obra suena bien, pero ¿cuánto me cuesta?

Por suerte (o por desgracia), vivimos en un país en el que los honorarios profesionales son libres. Habrá quien nos lo haga GRATIS (a simple vista) y quien nos «avíe» a base de bien porque usa un Porsche para ir a las visitas de obra. Todo depende del volumen a controlar y la complejidad de los trabajos, pero como punto de partida, yo entiendo razonable un porcentaje del 4% sobre el presupuesto de la reforma final. Digamos que te has gastado 20.000 €, ¿te parecería mucho invertir 800 € en una persona que te evite el disgusto de ver una obra terminada con defectos completamente evitables? No sólo eso, porque no dejará que te facturen partidas de más y se paseará en tu lugar por la obra en más de una ocasión.

Estoy convencido de que todo esto que acabo de contarte ni siquiera eras consciente al 100% de que podía hacerse. Pero sí (aunque esté mal que yo lo diga), nuestras funciones más útiles al ciudadano están poco fomentadas desde las altas esferas de la profesión; eso a pesar de pagar un disparate de cuotas mensuales a los colegios profesionales mes a mes, trabajes o estés en casa haciendo punto de cruz.

Por lo tanto, hazme caso y no lo pienses más, contrata un técnico para tu reforma.

Todos hemos hecho de albañiles alguna vez en la vida; pero seguro que el resultado final sin ser malo, era muy mejorable.

hacer tabiques


Quiero manifestar que contratistas buenos hay muchos, con y sin técnicos en su plantilla, por lo que ruego que los buenos profesionales no se den por aludidos a lo que acabo de expresar en esta entrada.

Os animo a hacer comentarios al respecto, y/o a contar vuestras propias experiencias con reformas que hayáis hecho en vuestras viviendas.

De igual manera, me es de gran ayuda si compartís esto en vuestras redes sociales. Pensad que aunque a vosotros no os sirva, puede haber alguien en vuestro círculo que esté teniendo un problema parecido. Lógicamente si gano un cliente, os estaré agradecido y una postal en navidad no se la niego a nadie 😉


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Secretos de una buena reforma en casa (Parte II)

LA SOLUCIÓN ESTÁ EN TUS MANOS.

En el mejor de los casos, una reunión con el contratista suele ser suficiente. Si tenemos la suerte de no haber abonado aún el total de lo firmado en contrato (si tienes uno), seguro que la chapuza que nos han dejado en casa se solucionará más fácilmente. Si no llegamos a buen puerto, tocará meterse en contenciosos que nos quitarán tiempo, nos darán dolores de cabeza y harán mermar nuestra hucha.

Hucha cerdito

La clave es evitar una reclamación innecesaria, adelantándonos a los acontecimientos. Por ejemplo, contratando la «asistencia técnica» de un profesional durante todo el proceso, tendremos de nuestro lado una persona que nos solucione rápidamente los diversos problemas que presenta cada remate en un trabajo de construcción.

¿Qué nos soluciona un técnico en la obra de nuestra casa?

  • Consejo y orientación inicial. Viene bien que alguien te explique en qué merece más la pena gastarse el dinero. Luego cada uno decidirá lo que quiere personalmente, pero entiendo que tener un punto de vista diferente es un valor añadido. Ahora que además está muy de moda la eficiencia energética, con más razón.
  • Petición de presupuestos. Ya hemos decidido qué vamos a reformar, pero ahora toca buscar quién nos lo hará y comparar las ofertas que tengamos entre sí (4 ó 5 me parece lo adecuado). Además de mirar precios unitarios, conviene estudiar cosas igual de importantes como el plazo de ejecución. No será la primera ni la última obra que tenía que estar acabada en Navidad y por Carnavales nos siguen dando largas.

Ayyyyy amigos, ¡El Plazo! Caballo de batalla entre la Sra. Dorotea y Paco «el chispas»

  • Forma de pago, garantías, valor añadido de mejoras propuestas y demás «cosicas» que unos incluyen y otros no (la letra pequeña, vaya). No hay cosa que peor siente que una llamada para decirnos que hay algo que no estaba previsto y nos va a costar igual que un litro de tinta de la impresora. Son oportunidades para facturar mucho más sobre la marcha a algún confiado propietario.
  • Formalizar un contrato SERIO. Las servilletas de bar están genial para intercambiar un teléfono el día que nos han pillado sin tarjetas de visita, pero contratar unos trabajos que suponen el sueldo de 15 ó 20 meses, no es que requieran un abogado, pero estamos ahí ahí. Tened en cuenta que es preferible plasmar en clausulas las peticiones de ambas partes a que sólo figuren las de el único autor del contrato, habitualmente, el contratista. Si lo firmamos a pies juntillas no podremos exigirle nada cuando queramos reclamar.
  • Elegido el candidato idóneo toca poner el piso patas arriba y empezar a molestar a los vecinos; a los que más, a los que estuvieron el año pasado haciendo obras en su casa. Para controlar que las cosas se hagan bien o mal estará nuestro ángel de la guarda, quien pasará por allí las veces que hagan falta, velando por la correcta realización de los trabajos que estamos pagando con el sudor de nuestra frente. ¿Acaso a un electricista le pagamos con billetes del Monopoly? Pues lo lógico es exigir que los mecanismos que ha colocado estén bien nivelados y que la tapa del cuadro de automáticos sea adecuada a los cánones que se esperan en el siglo XXI.
  • Anticipación y resolución. Si hay un problema, alguien con experiencia suficiente sabrá qué hacer para resolverlo y no perder 3 días en la reforma. Si los huecos de las puertas están pegados a los rincones, alguien nos avisará de que el resultado no va a ser igual de bonito que si movemos un poco el hueco. Si tenemos los tubos de calefacción vistos por los rodapies, alguien nos dará mucho la lata para que invirtamos un poco más y queden empotrados. No lo veo descabellado si hemos sido capaces de irnos 2 meses de casa e invertir 25.000 €, por ejemplo. Lo fácil sería llegar y rematar sin rigor alguno; una vez pintado y terminado, ¿quién quiere romper todo y hacerlo de nuevo? ¿Y quién te garantiza que quedará bien igualmente?

Y queda lo mejor de todo amigos… La liquidación final (valga la redundancia).

Hasta mañana 😀

  • Los secretos de una buena reforma (Parte I)

Quiero manifestar que contratistas buenos hay muchos, con y sin técnicos en su plantilla, por lo que ruego que los buenos profesionales no se den por aludidos a lo que acabo de expresar en esta entrada.

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Secretos de una buena reforma en casa (Parte I)

Quiero retomar las entradas en el blog comentando algo sobre las reformas que hacen los particulares en sus casas; la idea es evitar posibles problemas en el transcurso de los trabajos.

Hace unos días, precisamente estuve visitando una vivienda en la que los defectos de acabado disgustaron a su propietario. Por ello, tuvo que plantearse hacer una pericial para reclamar todo aquello con lo que no estaba de acuerdo.

Error común: por el mero hecho de ser ciudadanos de este mundo y tener dilatada experiencia en eso de vivir en casa, desgraciadamente no lo sabemos todo sobre ella.

Con esto me refiero a que contratar trabajos de albañilería, fontanería, electricidad…, cuyo desembolso económico es considerable, no es algo que cualquiera sepa llevar a buen puerto. Llamar por teléfono a 4 albañiles para pedirles presupuesto no es lo único que hace un profesional que sabe gestionar y llevar obras. Pero en ocasiones, de esto y de pagar, es de lo único que se preocupa un propietario cuando quiere unas obras en su casa. Es común olvidarse de comparar diferentes presupuestos y sacarle punta a lo que no está del todo claro en ellos, que por norma, son varias cosas.

Técnico de Obras

No quiero generalizar, pero me da la sensación de que lo único que se mira y comprueba es el precio final de los trabajos. Falsear unas mediciones en una partida facturada por metros cuadrados puede engrosar mucho la cuenta corriente de un parquetista (con respeto a este colectivo), por el mero hecho de no saber comprobar si las cifras que ahí se marcan son verdad o mentira.

Hablamos de la punta del iceberg. Podríamos meternos con la descripción de cada una de las partidas que vamos a contratar; hablando en cristiano, si vamos a dar yeso, a pintar, a cambiar puertas, etc. Ejemplos:

  1. Medir a cinta corrida no es lo mismo que medir descontando huecos.
  2. Una puerta hecha a medida, con madera maciza de nogal, para nuestra vivienda del s. XIX no es lo mismo que una puerta de aglomerado acabada en papel lacado en blanco. Son diferentes (ambas sirven para pasar de un lado a otro y cerrarse o abrirse) y sus precios tienen poco o nada que ver.
  3. El blanco nieve no es el mismo color que el blanco roto.
  4. Elegir pintura mezclando tinte es algo que puede que hiciera mi abuelo después de la guerra civil, pero a día de hoy, no hay nada más cómodo que una carta de colores; y si necesitas más pintura, mandarla hacer sabiendo al 100% que el color es idéntico.

Y entonces, cuando vemos el resultado final, nos echamos las manos a la cabeza y el resultado dista mucho de parecerse a la casa de nuestros sueños: paredes con el yeso haciendo aguas; ventanas colocadas «de aquella manera»; puertas con un dedo de holgura en el suelo; armarios empotrados vestidos que se convierten en módulos de medidas poco o nada parecidas a nuestro hueco original; replanteo de baldosas y azulejos sin mimo alguno…, ¿sigo?

Las tiras finitas en los suelos se pueden evitar fácilmente

Las tiras finitas en los suelos se pueden evitar fácilmente

Seguro que este y otros muchos problemas os han pasado a vosotros o a alguien de vuestro entorno cercano.

Si queréis saber cómo se solucionan estos desaguisados, no os perdáis la continuación en la próxima entrega.


Quiero manifestar que contratistas buenos hay muchos, con y sin técnicos en su plantilla, por lo que ruego que los buenos profesionales no se den por aludidos a lo que acabo de expresar en esta entrada.

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De igual manera, me es de gran ayuda si compartís esto en vuestras redes sociales. Pensad que aunque a vosotros no os sirva, puede haber alguien en vuestro círculo que esté teniendo un problema parecido. Lógicamente si gano un cliente, os estaré agradecido y una postal en navidad no se la niego a nadie 😉


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